08 Abr Beneficios del ejercicio físico en la enfermedad de Parkinson
En los últimos años, se ha incrementado el número de personas diagnosticadas de la Enfermedad de Parkinson en nuestro país, la cual produce una neurodegeneración progresiva en el organismo. Existen numerosas terapias farmacológicas para paliar sus síntomas, pero ¿puede ser el ejercicio físico una terapia útil frente a esta enfermedad?
Una vida sedentaria no es beneficiosa para nadie, pero afecta especialmente a las personas con enfermedades neurodegenerativas. Según los expertos, realizar ejercicio físico de forma regular provoca un aumento de antioxidantes y dopamina el organismo, mejorando la plasticidad y protección del cerebro ante enfermedades como el Párkinson.
Ejercicios que pueden mejorar el Parkinson:
De una forma más específica, los siguientes tipos de ejercicios poseen un impacto positivo en la Enfermedad del Parkinson:
- Ejercicios respiratorios. El efecto relajante y de control muscular hace de la respiración una necesidad básica en toda persona con Parkinson.
- Entrenamiento de fuerza. Reduce la rigidez muscular. Recuerda: deja que un profesional te aconseje y guíe.
- Ejercicio aeróbico (nadar, bicicleta, caminar…). Desplazamiento, autonomía y equilibrio se verán reforzados con esta actividad, al menos tres veces por semana durante mínimo 20 minutos.
- Taichi y actividades de baile. Mejora el equilibrio, la amplitud del paso y disminuye los episodios de bloqueo y caídas.
A pesar de que el Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa de difícil diagnóstico y tratamiento, un programa regular de ejercicio físico pautado por profesionales cualificados pueden ser una medicina muy efectiva, más allá de los fármacos. En definitiva, previene o retrasa la enfermedad, aumentando la calidad de vida de quienes la sufren.